jueves, 7 de enero de 2010

SIN TITULO

La última vez que escribí algo en este tablón digital, que supone la posibilidad de que alguien lo lea y no muchos en la realidad, escribí bajo un titulo a mi criterio acertado, y es que cuando escribo, lo primero que me gusta escribir es el título, y lo demás mana insensiblemente, sin esperarlo, con suave devenir y sin gran esfuerzo, para culminar en pocas frases en alguna moraleja o algún pensamiento profundo.
Hoy he comenzado sin título, sin guía, sin programa, sin orden ni concierto, sin nada reseñable sino el propio papel en blanco que supone la pantalla digital del ordenador. Pero no nos engañemos, hay miles y miles de temas de escritura y monoconversacion; monoconversacion ya que no es monologo por los comentarios que se añaden, ni conversación porque solo consta de una persona.
…Y es que me gusta escribir, pero no de la monotonía diaria, sino de aquellas pequeñas cosas que suceden a lo largo del día y que son las que le dan un cariz distinto a cada uno de ellos, esos pequeños detalles que hacen original cada día.
Podría escribiros que me he levantado a las 06:45 (como desde hace 26 años), que he ido a la consulta, como hace 26 años, que he visto tal o cual paciente como en los últimos 26 años, pero todos los días se repetirían una y otra vez, hasta la saciedad, monótonos, encantadoramente monótonos y odiosamente iguales.
Pero lo que realmente marca cada día como diferente del inmediatamente precedente no es sino su propio devenir, hoy es distinto de ayer porque esencialmente hoy no es ayer, ni las cosas que hoy están pasando lo hicieron ayer en el mismo momento, ni de la misma forma ni con la misma intensidad.
Esas pequeñas cosas a las que me refería, esas pequeñas alegrías, esos gestos cercanos y cariñosos, a veces solo amables pero entrañables que te ofrecen las personas que te rodean son los que te engrandecen, te enorgullecen, dan sentido a la vida, te permiten zigzaguear entre la monotonía diaria y culminan transformando un día insulso en un día brillante.
Cuantos días brillantes has tenido en los últimos, por ejemplo, 30 días, o dos meses, o un año? No permitas que la encantadora previsión de la monotonía diaria te abrume, haz de cada día algo distinto, algo diferente que le dé sentido al paso de las horas y te reconforte, primero de forma personal y luego compartiéndolo con tus cercanos, bien directamente o bien moralmente, sentimentalmente o cariñosamente, pero demuéstrate - demuéstrales que eres feliz, que te rodeas de aquello de lo que disfrutas, de aquello que sientes cercano, tuyo, propio, y que además no te importa compartir, que es la clave del éxito.
Dale entrada en tu vida a todo y todos los que te rodean, no te aísles de ellos, ofréceles tu tiempo y tu dedicación sin egoísmos de ninguna clase, pospón aquello que más te gusta para jugar diez minutos con tu cercano, ofrécele esa hora de casi sueño de forma alegre al otro que te lo pide y lo ves como lo anhela y te sentirás reconfortado, henchido, lleno de satisfacción, de vida en definitiva y transformando esa monotonía diaria en un devenir alegremente diferente. Se tú de los demás y tuyo propio, te sentirás vivo y rodeado de cariño.

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