Es llamativo que cuando uno esta acostumbrado a oir música
clásica, operas y otros géneros afines, de vez en cuando encuentra piezas
musicales que le llaman la atención, aunque las hayas oído mil y una vez antes.
Pero de forma repentina te sobrecogen y desentrañas lo que esconden desde la
primera audición, pero no habías reparado en ello.
Uno de estos ejemplos puedo considerar esa pieza magistral de
Wagner, “El Ocaso de los Dioses”, marcha fúnebre que ha aparecido en diversos
filmes de distintos directores, pero que efectivamente, bien estudiado el
momento de su aparición, puede hacer mágica la escena o escenas que aglomera.
Pero este no es el caso, lo mas llamativo es los mil y un
pensamientos que te avasallan mientras la escuchas, evidentemente ligada de una
forma intima con su carácter, una marcha fúnebre.
Y es que últimamente y no tan ultima, cada vez que veo televisión
solo aparecen tres cosas: futbol, el canal caza y pesca y el telediario. De las
dos primeras el culpable es mi suegro, que bien sea dicho de paso, es un
bendito y no se merece otro mejor halago. Futbolero como no hay otro, remata
desde el sillón cada vez que ve un partido, y lo observas como patalea los
balones con la mantita, la luz roja de la mesa de camilla y sus auriculares,
pues de otra forma no oiría nada del partido, o nos echan de la comunidad. El
canal de caza y pesca es el de mediodía, justo a la hora de comer, que es
corta, pues en menos de diez minutos ha engullido su plato, su fruta y su vino
con casera, “esperándole los de arriba”, saliendo como alma que lleva Morfeo,
que no el diablo, ya sabéis a que.
El telediario: ¡¡¡¡Hay Dios Mío!!!!. Batiburrillo sin par de casos
y cosas, que mejor seria ni mencionar, pero a la postre, es el motivo de esta
entrada en La Ribera.
Por donde comenzamos…? Política, por ejemplo…? Deprimente,
bochornoso, asqueante ver como en un hemiciclo que representa a todo un país (y
yo me planteo que no me vuelvan a representar nunca mas, dicho sea de paso),
parece como si le salieran ventosas en el trasero, como vulgares potas negras
(tan ricas bien cocinadas) a todos aquellos personajillos que anhelan, buscan y
osan sentarse en uno de sus escaños. Su ombligo se torna infinito y hambriento
de todo cuanto les rodea, parabienes, cámaras, grupos parlamentarios y un
sinfín de connotaciones burlescas de las que hacen desuso para postin y
relumbre de algo imposible que torne con algún brillo, aunque sea el de los
ojos; minimo, pero perceptible en caso de febrícula. Y es eso, fiebre lo que
les entra a dichos mequetrefes, que en la mayoría de los casos, apostaría que
no saben hacer la “o” con un canuto. Deprorable. Fechoría tras fechoría
lingüística, mal tono, poco sentido y un sentimiento burdo de incompetentes es
el sabor que dejan tras sus actuaciones. Y no se salva nadie, ehhh!!!!
Sociedad: Pufff!!!: cazo, símil de zuceso, por la libertad en el
uso del dinero de plástico que contienen las consabidas tarjetas digitales, de
bancos, de sociedades, con un fin particular sin importarles el destino, bien
sean peinados de alta gama, vinos exquisitos, decoraciones de cuartos de baño,
ni la procedencia de dichos “cuartos”, sin fiscalización o con una
fiscalización turbia, muy turbia, que parece que entre todos hemos pagado por
el asesoramiento de un personaje a conferencias deportivas, próximo a una familia que debería ser ejemplo y espejo
para todos los españoles, y de todas las familias en general; pero señores, el
padre de familia se dedica a cacerías de elefantes, la esposa no cocina, los
hijos no trabajan, salvo una, y da la puñetera casualidad que pide la
“excedencia” de un puesto a dedo. Y todo eso sin mencionar todos y cada uno de
los intermediarios que se han asomado por dicho procedimiento judicial.
Deportes: Siempre gana el
Barça, y parece que el Madrid solo tiene un jugador. El resto con
procedimientos judiciales por ocultación de fondos, engaños fiscales, contratos
oscuros o inmiscuidos en procedimientos penales de todo tipo y colores. Ese es
todo mi vasto conocimiento deportivo y el que día tras día, nos presenta
nuestro noticiero, que mas bien parece El Caso.
Internacional: ¿A nadie se le ha ocurrido poner un letrero en la
frontera que diga: “completo”, como cuando uno intenta ir a una representación
famosa? No señores, no, aquí vale lo de “Pepe, vente pa Europa!!!”, que al
final va a ser cierto lo de atar los perros con longanizas. El único problema es
que las longanizas se están acabando y todavía no nos hemos enterado que las
pagamos entre todos.
El Tiempo: Da igual, si es que da igual, toques donde toques,
quince días de empleo y sueldo a la presentadora por sociedades paralelas que
usan datos públicos para su beneficio. Da igual, nublado, soleado o lluvioso,
viento del Norte o anticiclon de las Azores. Al final, en mi Ribera no llueve.
…Y si no se lo cree, estimado lector, ponga, ponga mañana el
“parte” de mediodía y se dará cuenta que todo es lo mismo, semana tras semana, mes
tras mes.
¿O será que mi televisor esta roto o trucado?
Fíjese bien, en unas pocas líneas han saltado a la palestra mas de
quinientas personas que lo único que desean es su propio beneficio a costa de
los demás.
No hay derecho, ni por supuesto justicia.
Yo, lo único que se, es que me voy a acostar, que mañana tengo que
trabajar y seguir manteniendo con mis impuestos a toda esa farsa de demonios.
Os dejare un enlace a esa obra maestra que da titulo a este
desdichado articulo, para que por lo menos disfrutéis de algo imperecedero.
Un abrazo a todos.
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